jueves, 9 de abril de 2015

Moby Dick - Olivier Jouvray y Pierre Alary

El guionista Olivier Jouvray y el dibujante Pierre Alary unieron fuerzas para parir el ambiciosísimo proyecto de versionar la famosa novela de Herman Melville: Moby Dick


Digo que el proyecto es ambicioso porque la historia del leviatán es el monumento a la exhaltación y la profundiad poética propia de la literatura americana, adaptada a un género literario que se caracteriza por cierta livianeza en sus obras. A mi parecer se trata de una excelente noticia para el mundo del cómic, que viene necesitando de esta amplitud, y que puede demostrar que como formato artístico es capaz de llegar a todas las sensibilidades y expresar todas las emociones.

La historia basa su fuerza poética sobre todo en un endemoniado capitán que, obcecado por la idea de dar caza a una famosa ballena conocida como Moby Dick, despliega toda una serie de misticismos y pensamientos sobrenaturales que, al lado de su voluntad inquebrantable parecen realzarse y convertirse en realidad. Del mismo modo, a esta beligerante ballena se le han atribuido características como la capacidad de pensamiento, en concreto, de pensamiento malvado, y una violencia fuera de lo común. Ningún capitán se atreve a enfrentarse a ella. Otros elementos como el exhotismo de ciertos personajes, el panteísmo que despiertan las fuerzas telúricas del océano libre y la figura del marinero ayudan a completar la atmósfera.

El mejor punto a favor que tiene el cómic sobre la novela original es la tijera que obviamente se mete en todos los capítulos científico-descriptivos que Melville introduce sobre la caza de la ballena. Puede que sean interesantes para algunos, pero están totalmente fuera de lo que es la historia de ficcion, y hacen la lectura sumamente pesada, ya que dichos capítulos constituyen aproximadamente la mitad de la obra. Además, la atmósfera plástica conseguida por el dibujo y el color comulga perfectamente con lo que debe evocar esta historia.

Sin embargo, y a pesar del gran esfuerzo de ambos autores, y del apoyo de Didier Gonord en el color; la intensidad emotiva y poética de la obra original se ve rebajada en esta versión. En ocasiones los diálogos se ven trivializados, y las escenas de mayor peso pierden mucha potencia al ser simplificadas. Se podría haber explotado más la narración gráfica para expresar las sensaciones del ambiente y la naturaleza, tan importantes en la obra original; así como la verdadera fuerza de Moby Dick; que continúa en su afán destructor siendo presa de innúmeros arpones y estachas alrededor de su cuerpo.

En conclusión, tenemos una obra de grandísimas aspiraciones que, aunque no resiste el pulso frente a la novela original; dará inmenso placer a los amantes del cómic. Ojalá veamos más iniciativas como esta.


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